Si no calibras tus dispositivos, estás perdiendo dinero
En la producción gráfica digital intervienen una serie de elementos que inciden directamente en la calidad y coste del producto impreso, estamos hablando evidentemente de monitores, impresoras, cámaras etc…
Los fabricantes ponen a nuestra disposición productos de gran complejidad tecnológica y que ofrecen un funcionamiento correcto “out of the box”, es decir, podemos incorporarlos a nuestro flujo productivo de una manera sencilla e inmediata.
Esta circunstancia provoca, entre otras cosas, que haya poca diferencia en la calidad que un impresor puede ofrecer comparado con otro que disponga de la misma tecnología en su flujo productivo, ya que ambos habrán instalado “por defecto” sus dispositivos, lo que significa que ambos estarán ofreciendo el mismo producto a sus clientes y ambos acabarán intentando diferenciarse de su competencia bajando el precio de su producto a coste de reducir su propio margen.
Hay un proceso que nos proporciona aumento de calidad y disminución de costes al mismo tiempo, la calibración y al que desde NORILAB queremos tratar de acercarte.
Todas las herramientas que componen el flujo productivo para impresión digital son susceptibles de ser calibradas y por tanto mejoradas sus prestaciones cualitativas lo cual repercute en un mayor beneficio o menor coste productivo.
Concretando, podemos decir que cualquier dispositivo de toma de información (cámara, escáner), visualización (pantalla) y reproducción impresa (impresoras de cualquier tecnología) puede ser calibrado.
Para no faltar a la verdad la calibración de cámaras o escáneres se centra más en sacar todo el partido a la calidad/posibilidades del dispositivo mediante la caracterización del mismo (creación de perfiles ICC), que en un ahorro en sí mismo. Por ello, nos vamos a centrar en las posibilidades de la calibración de impresoras y monitores.
La calibración trata de obtener un respuesta lineal, equilibrada, neutra de un dispositivo dadas unos parámetros de funcionamiento para dicho dispositivo.
En el caso de un monitor deberemos calibrarlo dependiendo del tipo de trabajo que vayamos a visualizar con el mismo. No calibraremos igual un monitor que se vaya a usar para retoque de imagen para la Web, que si usamos ese mismo monitor para retoque fotográfico.
En el primer caso necesitamos que nuestro monitor represente la curva de respuesta tonal correspondiente al espacio de color sRGB, ya que éste es el espacio de color que tienen por defecto todos los dispositivos de visualización como monitores de uso doméstico, portátiles, tablets, smartphones…
En el segundo caso deberemos calibrar nuestro dispositivo para que muestre el mayor número de colores posibles, esto es así porque las cámaras captan una ingente cantidad de colores, colores que querremos ver representados en nuestro monitor.
Hay otros usos posibles de los monitores como preimpresión, softproof, vídeo o medicina, por ejemplo. ¿Qué color nos muestra el monitor una vez lo instalamos? En general un sRGB, lo cual no está ni bien ni mal, es un punto de partida, lo que debemos hacer es concretar el uso que le vamos a dar y calibrarlo en esas condiciones.
Con los monitores NEC SpectraView que puedes encontrar en nuestra web viene una herramienta de calibración y generación del perfil de color.
Como se puede observar este software dispone de preconfiguraciones para los usos más típicos del monitor, estando disponibles los usos menos comunes en la configuración personalizada.
Pero ¿Es complicado el proceso de calibración en sí mismo? ¿Requiere de conocimientos avanzados?
Afortunadamente el software incluido en los monitores NEC Spectraview está pensado para que el usuario pueda sacarle todo el partido sin ser un experto. Mediante un asistente vamos a poder calibrar y generar el perfil ICC de nuestro monitor, además el propio software se encarga de instalar este perfil ICC en el sistema operativo para que se use por defecto al arrancar nuestro Pc ó Mac. ¡Más sencillo imposible!
La calidad de estas calibraciones está garantizada gracias a la propia tecnología de los monitores NEC SpectraView, ya que al tiempo que se hacen las mediciones de color en pantalla se ajustan los valores y parámetros propios del monitor (punto blanco, luminancia, escala de grises…), a esto se le conoce como Calibración Hardware, la más avanzada y perfecta disponible actualmente.
Con este proceso de calibración conseguimos la visualización adecuada en nuestro monitor, pero ¿de dónde sacamos la reducción de costes con este proceso? Pongamos un ejemplo.
Imaginemos que tenemos calibrado nuestro monitor para que represente el espacio sRGB y estamos trabajando con fotografías en el espacio AdobeRGB1998 (espacio de color típico de cualquier fotógrafo). En el trabajo de retoque trataremos de ajustar una imagen que está en AdobeRGB1998 con un monitor que sólo nos muestra los colores que existen en sRGB.
Fijaros en el gráfico, el espacio de color transparente es el AdobeRGB1998 y el espacio de color en sólido es el sRGB. ¡Nuestro monitor en sRGB no será capaz de mostrar una gran cantidad de colores que existen en nuestra fotografía! En estas circunstancias podemos enredarnos en un ciclo de prueba/error ya que podemos estar “tocando” colores de la fotografía y no ver que cambien en el monitor porque no existen.
¿Cuántas horas de trabajo, llamadas, pruebas incluso impresas podemos ahorrar si evitamos esta situación?
Mi tiempo vale dinero, y estoy seguro que el vuestro y el de vuestros empleados también… ¡Y mucho!
¿Cuántas veces hemos repetido una impresión porque “no nos gusta la salida impresa”?
Más de las que desearíamos ¿verdad?
El proceso de calibración alcanza su punto más crítico cuando hablamos de imprimir.
Si en alguna ocasión has sufrido alguno de estos problemas: exceso de tinta, piel de naranja, efecto de aguas, rebordes en contornos, matificación en zona de sombras o negros, falta de neutralidad en escala de grises, tiempo de secado excesivo, desviaciones de color generales en el impreso, etc… Entonces estás sufriendo las consecuencias de falta de calibración.
Al padecer alguno de estos problemas estamos gastando más tinta de la necesaria, tanto por exceso de tinta usada como por las pruebas o repeticiones que el cliente nos puede exigir al ver su producto no precisamente en las mejores condiciones, con la consecuente pérdida de beneficio o incluso falta del mismo en casos puntuales. Pero además, la falta de calibración, produce un efecto colateral en nuestro bolsillo a parte del ya mencionado y es el gasto añadido en horas de pruebas/retoque debido a que tendremos que ajustar la imagen original a una calibración incorrecta. Es decir, dedicaremos el tiempo a “corregir” en la imagen los efectos producidos por falta de calibración, lo cual es incorrecto. La imagen se retoca para conseguir un aspecto deseado desde el punto de vista del diseño, no para contrarrestar defectos de nuestros dispositivos de impresión.
Se pueden poner multitud de ejemplos sobre problemas de calibración pero quizás uno de los más típicos y sencillos de solucionar es la falta de neutralidad en imágenes en blanco y negro.
Cuando hay una desviación tonal en una escala de grises impresa es por una falta de equilibrio cromático entre las tintas, lo cual se puede solucionar con un proceso correcto de calibración que las use en su justa medida.
Las impresoras llevan típicamente un mínimo de cuatro tintas cyan, magenta, amarillo y negro, y en muchos casos se añaden más tintas (light cyan, light magenta, naranja, verde, rojo, azul…). A medida que añadimos tintas aumentamos la cantidad de colores que podemos representar pero al mismo tiempo aumentamos la complejidad de las mezclas entre ellas lo cual hace casi imprescindible una buena calibración para imprimir sin problemas, con calidad y al mínimo coste.
Para crear una buena calibración dependemos de los softwares que realizan este proceso, estos software se denominan RIP (Raster Image Processor, puedes encontrarlos haciendo clic aqui). Veamos cómo el proceso de calibración del rip Onyx nos lleva a ahorrar tinta con el consecuente aumento de la calidad y reducción de costes.
El primer paso de la calibración estudia el comportamiento de cada una de las tintas de la impresora tras medir una escala de parches (típicamente entre 21 y 31 parches por color), de esta medición resulta una gráfica que nos indica la mínima tinta necesaria para imprimir el máximo croma de esa tinta.
En el ejemplo de la siguiente gráfica se puede observar como se establece que la impresora usará un 63,5% de tinta cyan. Pero lo mejor no es sólo el ahorro de 36,5% de tinta cyan, sino que además en ese punto encontramos la tonalidad más pura/saturada de esa tinta cyan (Chroma máximo), todo lo que sobrepase esa cantidad de cyan será un cyan más oscuro pero no aportará color en sí mismo.
Este mismo estudio se realiza para el resto de tintas de la impresora. Seguro que alguno ya está sacando cuentas de cuánto se puede ahorrar al año en tinta. Sin dejarnos llevar por la euforia podemos afirmar que el ahorro de tinta puede estar de media en torno al 30%.
Una vez establecida la cantidad de tinta mínima con máximo tono de cada una de las tintas, se realiza un paso en el que equilibra el gradiente de cada una de ellas, tratando que la respuesta sea lineal con lo que conseguiremos equilibrio y neutralidad
Por último, se estudia cómo reaccionan las tintas al juntarse unas con otras para formar nuevos colores. En esta ocasión el concepto es delimitar numéricamente aquellos puntos que nos indiquen exceso de tinta, sangrado, rebordeos, tiempos de secado excesivos, piel de naranja, efecto de aguas… etc., es decir, cortaremos cualquier comportamiento que indique un uso excesivo de tinta con el ya mencionado aumento de la calidad y reducción del uso de tinta en nuestras impresiones finales.
Para este objetivo se usa un parche como el que veis a continuación. En él detectaremos de una forma muy sencilla las zonas con exceso de tinta y podremos determinar numéricamente hasta qué punto puede trabajar el sistema de manera que estas cantidades de tinta excesivas no se den en la producción impresa
Como puedes ver, la importancia de tener todos nuestros dispositivos calibrados es primordial a la hora de ahorrar tiempo y dinero. Pero sobre todo es la manera de ofrecer a nuestros clientes la mejor calidad.
En Norilab Iberia nos hemos especializado en los mejores productos del mercado, aquellos que ofrecen a los profesionales de la imagen las mejores características. Podemos asesorarte para que encuentres los dispositivos adecuados a tu flujo de trabajo, que hagan más efectivo tu negocio y te ayuden a optimizar recursos.
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